Comunicación eficaz

7. El contexto físico, el contexto social y el momento

Los manuales y referencias sobre comunicación en muchas ocasiones no recogen los conceptos de contexto físico, contexto social y momento, cuando son aspectos cruciales a la hora de ser eficaces en nuestra vida cotidiana.

El contexto físico hace referencia a los objetos y el entorno físico que nos rodea (por ejemplo, paredes, puertas, mesa, silla, botella, etc.) y que pueden favorecer o entorpecer la comunicación. Es especialmente importante en el ámbito laboral porque solemos estar en lugares en que la distribución responde a un objetivo de maximizar el aprovechamiento del espacio y la presencia de objetos está destinada el desempeño de un puesto específico de trabajo, pero en muchas ocasiones dificultan la comunicación fluida.

Como buenos comunicadores nuestro objetivo respecto al contexto físico es identificar los objetos que entorpecen la comunicación y modificarlos en la medida de lo posible para que su interferencia sea mínima. En el caso de no poder modificar el contexto físico y éste no sea favorable para la comunicación una buena alternativa es trasladar la comunicación a un lugar más apropiado.

El contexto social hace referencia a las personas con las que estamos cuando tenemos una conversación concreta. Es especialmente importante en las relaciones personales, ya que no se puede hablar cualquier tema delante de cualquiera, porque impide que el mensaje se transmita o reciba adecuadamente por la influencia de los demás.

El concepto de momento se refiere a buscar un momento adecuado para cada comunicación. Cada persona tiene una gradación de importancia para las cosas de su vida (por ejemplo, el orden para mí puede ser muy importante, y para otra persona nada importante) y no es ni mejor ni peor, solo diferente. Cuando tenemos conversaciones sobre temas triviales o de la vida cotidiana que no tienen una importancia muy alta para nosotros, el momento es casi indiferente. Sin embargo cuando un tema en particular para nosotros es especialmente importante y tenemos que compartir una información al respecto con alguien no podemos hacerlo en cualquier momento (que es lo que se suele hacer porque tendemos a actuar por impulso: esto se me pasa por la cabeza ahora, pues ahora lo hablo), sino que tendremos muchas más probabilidades de que nuestro mensaje sea más eficaz si buscamos el momento adecuado para transmitirlo. También hay que tener en cuenta que el momento también tiene que ser adecuado para la otra persona, por lo que es recomendable preguntar al otro cuando le va bien para que todas las personas implicadas en la conversación compartan el mejor momento posible y la comunicación sea fluida y eficaz.

El ejercicio indicado para trabajar estos conceptos es observar estos aspectos en nuestras comunicaciones cotidianas. De esta manera podemos aprender a identificar y modificar el contexto físico, seleccionar el contexto social y elegir el momento adecuado para que las comunicaciones sean más eficaces y nos ayuden a mejorar el bienestar con nosotros mismos y con las personas que nos rodean. Teniendo en cuenta todas las pautas de comunicación eficaz que hemos ido considerando nos acercamos un poquito más al gran objetivo de nuestras vidas, que no es otro que SER FELICES.