Cada uno de nosotros somos responsables de nuestras conductas. No elegimos muchas cosas de las que nos sucede pero sí podemos decidir que hacemos al respecto.
En lo que concierne a la comunicación somos responsables tanto como emisores de nuestros propios mensajes como receptores de los mensajes de los demás (escuchando como nos gustaría que nos escucharan).
Aún siendo responsables de nuestras conductas (comunicativas en este caso) y haciéndolo lo mejor posible no siempre vamos a conseguir nuestros objetivos u obtener las consecuencias deseadas. Esto sucede bien porque la otra persona no tiene el mismo concepto de responsabilidad que tú, o no dispone de los mismos conocimientos o información que tú.
El concepto de responsabilidad es muy importante en nuestra vida cotidiana ya que supone asumir que lo que yo hago es responsabilidad mía pero que lo que hacen los demás es de cada uno de ellos. Yo no me puedo hacer responsable de los conductas de los demás, ni me debo sentir responsable de sus comportamientos y no puedo pretender que nadie sea igual de responsable que yo de sus conductas (que sería lo ideal).
Ser responsable es ser consecuente con las conductas que elijo y con sus consecuencias. A lo largo de la vida debemos plantearnos con frecuencia (cada día a ser posible) si nos sentimos satisfechos con nuestro comportamiento. Si es así significa que estamos siendo responsables, y si no lo es esta reflexión nos ofrece la posibilidad de aprender de los pensamientos, emociones y conductas que no nos agradan de nosotros mismos para poder modificarlos de una manera responsable.
El concepto de responsabilidad está estrechamente ligado al de actitud. La actitud es la posición que tomamos frente a algo. Tiene una valencia (valor positivo o negativo que le atribuimos) y una intensidad (de poco intensa a muy intensa). Mantener una actitud empática y tolerante facilita las relaciones con los demás.
Si combinamos una actitud de respeto y un comportamiento responsable y consecuente es mucho más fácil que mantengamos una relación sana y agradable con nosotros mismos y con los demás, y de esta manera acercarnos al objetivo de nuestras vidas de SER FELICES.